Hoy recordé , que cuando tenía aproximadamente 12 años escribí muchas cartas; todas eran para una misma persona: YO. Estaban escritas para una Yo de otro tiempo; no tenían remitente ni destinatario, eran para abrirse en un momento especifico, el cual estaba descrito en el sobre con enunciados como los siguientes: para cuando espere un bebé, para cuando termine la carrera, para cuando salga por primera vez de viaje fuera del país, para cuando cumpla 18 años, para cuando me quiera suicidar, para cuando piense en casarme, entre muchos otros. Todas fueron escritas con todos mis pensamientos y sentimientos, en ellas le preguntaba muchas cosas a la Yo del futuro, la felicitaba por sus logros, o la regañaba por pensar de cierta manera, le recordaba los momentos maravillosos de nuestras vidas así como nuestros mayores miedos. Todo lo escribí cuando era una adolescente pero jamás logré leer alguna carta pues, sin darme cuenta, un día en que mi madre hizo limpieza las tiró todas.
Por ese motivo, hoy nuevamente empezare a escribirle a la Rubí del futuro. Sé que no es lo mismo -cuando era adolescente no estaba segura de lo que estudiaría, ni de que encontraría al amor de mi vida, ni de tantas cosas que ahora son tan cotidianas y seguras; hoy puedo visualizar más claramente mi futuro, y aunque siempre existirán mis eternas dudas voy a recomenzar a escribir cartas con destino al futuro para mi y para mí príncipe.
jueves, 5 de agosto de 2010
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