Espacios vacíos de todo
Cuando creemos soñar y
estamos despiertos, sentimos un vértigo en la razón.
Silvina Ocampo y Adolfo
Bioy Casares
Justo alguien, aquél día,
preguntó por qué mis personajes nunca
tienen nombre, por qué mis narradores siempre son tan ambiguos y tan
inconscientes del todo; yo no supe que responderle, cómo defender que realmente
no soy escritora y que todo eso son fragmentos de mi vida pasada y aún no
vivida.
Justo alguien, aquél día, reclamó
haberse encontrado en uno de mis cuentos, haber leído y de pronto sentir que
las palabras salían de su boca tal y como algún día ella me las había dicho; yo
no supe que decirle, cómo explicarle que
realmente yo sólo capture una gota de su
alma para darle vida a la frase de un texto, una frase que ella nunca dijo.
Justo alguien, aquél día, me
contó historias magnánimas con las que seguro podría escribir un maravilloso
libro; yo no supe defenderme, cómo responderle que yo no narro grandes
historias, que no me gusta dibujar siluetas sino difuminados de letras breves a
las que les sedo mi vida.
Justo alguien, aquél día, tenía
un ensayo escolar que hacer y me leyó con demasiada prisa, las ideas
avasallaban su mente y no fue capaz de descubrirse aquí misma; yo no supe que
hacer, cómo demostrarle que la monotonía en mi texto era sólo una manera de
mostrarle la realidad de sus días.
Justo alguien, aquél día, sin
tener mucho que hacer entro a una sala sin buscar absolutamente nada, una
conversación simple sin nada maravilloso que contar al respecto; Yo no supe que
descubrir, cómo decirle que todos estábamos dormidos, que sólo las letras nos
despertarían.
Justo alguien aquél día, quien
tal vez ya no soy yo misma, despertó de aquél letargo frente al computador
escribiéndose; yo no supe conversar, cómo escribirle que realmente sólo se
estaba sumergiendo en su más grande sueño.
Aquél día, justo cuando la
multiplicidad de nosotros nos hicimos presentes, se comenzó a escribir esta
historia que hoy ustedes leen y en la que no se encuentran; cómo describirles
lo que entre todas estas líneas está escrito, cómo soñarles siendo que estamos
tan despiertos.
Justo hoy en día, aquél alguien
tiene nombre y no lo escribo, porque te reconoces a cada letra de esta historia
aún no contada