domingo, 18 de marzo de 2012


En cada palabra
Pienso, pienso en todo lo que pienso. Veo un pensamiento que se me multiplica entre los tiempos y entre los espacios que  jamás pensé que volvería estar pensando. Imagino que de tanto pensarlo es posible que tal vez alguien más lo haya pensado; tal vez ese alguien seré yo mismo en otro yo, en otra parte, en otro tiempo, nuevamente pensándolo y renovándolo a cada pensamiento. Oigo un pensamiento que merodea, que carcome, que engulle todo lo que soy, que recurrente se revela, se multiplica, se devora, se enmaraña, y se retuerce en la dualidad de sus respuestas que tantas veces son preguntas. Me veo pensando que pienso lo que pienso y descubro, después de tanto pensar, que he pensado que pensando “el pensar” y todo esto que tanto pensé y pensaré  empieza a  perder sentido. Pienso, pienso en todo lo que pienso; y que tal vez lo pienso sólo porque al final presiento que alguien más ha pensado lo mismo que ahora pensamos, porque  en el fondo también los piensas TÚ... Y entonces todo lo observo y todo lo escucho y  pienso que me pienso pensándote y lo dejo.
…Siento, siento en todo lo que siento

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